Cómo escribir un proyecto
Elaborar un buen proyecto con alta factibilidad de implementación y éxito, es un gran desafío. Es necesario diseñar un plan integral armónico, para lograr un propósito, con objetivos y metas bien definidas. Y saber con exactitud qué se quiere y hasta dónde se busca llegar.
Así, que para lograr que se cumplan las expectativas que se plantean es necesario ser cuidadoso y considerar el máximo detalle, de todos los factores. Variables que de alguna forma tengan la posibilidad, de afectar positiva o negativamente la puesta en marcha y el desarrollo de cada una de las actividades y fases contempladas en el proyecto.
De la misma forma, se deben utilizar una serie de metodologías y procedimientos que hagan factible desarrollar la gran cantidad de actividades y acciones perfectamente articuladas entre sí. De esta manera, será posible finalmente alcanzar las metas y cumplir con los objetivos propuestos.
Es además de gran importancia que las acciones que se implementen, permitan ser eficientes en el uso de recursos y de la materia prima. Contemplados para el desarrollo de todos los procesos en las diferentes fases del proyecto.
Así, que en este artículo se exponen las diferentes fases que se deben tomar en cuenta para elaborar un proyecto factible. Que se adapte además a las condiciones actuales del lugar y del país donde se desarrollará, haciendo además un uso eficiente de los recursos.
Tomando además en cuenta que cualquiera que sea su naturaleza, un proyecto tiene la función de proveer, orientar y preparar el “terreno”, para lograr el desarrollo e implementación de lo que se desea alcanzar.
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Qué es y por qué escribir un proyecto
Son muchas las respuestas que se buscan al escribir y diseñar un proyecto. La principal tarea es elaborar un buen plan que enfoque claramente cuál es su naturaleza, así como definir, concretar y plasmar las ideas en él.
Proyectar significa prepararse para guiar, corregir y orientar la ejecución de las actividades y acciones estimadas para alcanzar un fin. Y para lograrlo es necesario saber con exactitud qué se quiere hacer, por qué y para qué hacerlo. Es decir, definir la naturaleza y origen del proyecto, sus objetivos específicos y el propósito que se busca con su elaboración.
Así que este plan no solo debe dar respuesta a las tres preguntas claves a considerar en cualquier proyecto, sea cual sea su naturaleza. En qué consiste el proyecto, por qué se realiza o para qué es necesario ponerlo en marcha.
Es importante definir también cuánto se debe invertir y dónde se llevará a cabo, para que sea factible su desarrollo e implementación. Asimismo, es determinante definir detalladamente cómo y bajo cuál metodología se desarrollarán y ejecutarán las diferentes actividades y tareas contempladas en el plan.
De igual forma, tener claro todos los pasos a dar para lograr los fines. Así como las acciones a tomar y los medios a utilizar. Además de especificar con exactitud cuándo se ejecutará cada actividad.
Por lo tanto, es necesario candelarizar e integrar en un cronograma, el o los recursos humanos requeridos para ejecutar cada actividad. Así como el tiempo y espacio en el que se ejecutarán. Además de articular con qué recursos, tanto materiales como financieros, se desarrollarán las actividades para garantizar la continuidad del proyecto.
En el mismo contexto, para dar respuesta a todas estas preguntas, se deben establecer premisas que permitan diseñar y formular la cantidad de recursos, costos y tiempos en el plan. Como, por ejemplo, dar por hecho que se cuenta con los recursos requeridos o el financiamiento necesario para ejecutarlo.
O por el contrario saber que, se dispone de una cantidad justa de recursos humanos o dinero. Entonces será necesario establecer tiempos mayores o menores para cada actividad, dependiendo de la disponibilidad. Así se tendrá una línea base de partida para diseñar el proyecto.
En consecuencia, una definición general de proyecto se resume en, precisar y organizar una serie de actividades y tareas. Enfocadas todas a cumplir con los objetivos del proyecto. Las cuales serán ejecutadas con personal calificado y recursos materiales y financieros estimados con criterio de racionalidad, en tiempo y espacio definido y bajo premisas establecidas.
Para tener éxito es necesario hacer seguimiento y mediciones para lograr los objetivos planteados y satisfacer las exigencias y necesidades del solicitante o beneficiario.
Partes de un proyecto
Es importante destacar que el término proyecto se utiliza en la mayoría de los campos de la sociedad actual. Político, económico, científico, cultural, educativo y hasta en proyectos de vida. Y también hay muchos criterios para elaborarlos. Asimismo, hay gran cantidad de metodologías para clasificar los proyectos.
Así que, reduciendo la clasificación a solo dos categorías se tienen dos tipos de proyectos. Los sociales no relacionados con la producción y los económicos o proyectos productivos. En este caso esta guía se reduce a las consideraciones a tomar en cuenta para elaborar un proyecto productivo.
Asimismo, también cambian entre una y otra clasificación o categorías de proyectos, las etapas o fases propias para elaborar y diseñar el plan. Por lo que encontrará múltiples propuestas y alternativas de elaboración y presentación de proyectos. Pues cada modelo se adaptará al área de actuación o los propósitos que se deseen alcanzar.
Las etapas o fases de un proyecto económico serán muy diferentes a las de uno social, agrícola, educativo, cultural o de servicio. Sin embargo, todos tienen etapas comunes y necesarias para desarrollarlo y ponerlo operativo.
En forma general, lo más importante para elaborar un proyecto es hacer una planificación y organización racional de las actividades y tareas que se desarrollarán para llevarlo a cabo. Estas actividades deben estar perfectamente articuladas. De manera que sea fácil ejecutar cada una de ellas, sin que se prive el inicio o desarrollo de otra, sin una razón justificada.
Algunas será posible llevarlas a cabo en forma paralela, pero habrá tareas que deben esperar a que su antecesora finalice. Bien sea porque la realizará el mismo recurso o porque la actividad requiere que así sea. Como, por ejemplo, finalizar un cimiento para iniciar la fabricación de una columna. O finalizar la preparación de tierras para sembrar la semilla.
De hecho, no hay una “receta” específica para escribir un proyecto. Todo dependerá de su naturaleza. Habrá factores que son imprescindibles considerar en algunos tipos de proyectos que en otros son inadmisibles. Así, que aquí encontrará una guía a seguir en la que se establecen pautas generales para planificar un buen proyecto.
Con ellas tiene la posibilidad de precisar lo que desea establecer y cómo llevar a cabo y hacer efectivas las decisiones que tome. Así como las acciones definidas para conseguir los resultados esperados.
De hecho, algunos proyectos presentan mayores riesgos que otros. Por lo que se deberán utilizar estrategias para su ejecución, que le garanticen mayor solidez y posibilidades de éxito. También se utilizarán diferentes indicadores para hacer seguimiento y medir la evolución y eficacia del proyecto, dependiendo de su naturaleza.
Fases para elaborar un proyecto
Teniendo en cuenta que hay diferentes maneras de elaborar un proyecto se sugiere esta guía para diseñarlo y elaborarlo. Es una estructura entre las muchas que encontrará, pero resume los aspectos importantes que se deben desarrollar para diseñar un buen plan.
Título del proyecto
El título del proyecto es el primer incentivo que motiva a leer el documento y da una idea clara de lo que este representa. Es posible definir un título que sintetice cuál es la idea central del plan y es el que mejor representa el concepto fundamental de lo que se quiere desarrollar.
También es posible formular un título que relacione una idea con otras que se encuentren vinculadas al proyecto. Sin ser un título muy específico da a entender la globalidad del proyecto. Es lo que se conoce como un título por asociación.
Asimismo, se utilizan títulos que dan a entender todo lo contrario a lo que se presenta en el proyecto. Son títulos que algunos autores lo definen como títulos por oposición.
En este contexto el título sirve definitivamente para identificar el proyecto, caracterizarlo y enunciar su contenido. Pero también tiene la función de diferenciarlo de cualquier otro proyecto ya existente.
Introducción
En la introducción se resume la naturaleza del proyecto en ella se responderán las preguntas claves que justifican su elaboración. Qué se quiere hacer y por qué se hace el proyecto. Asimismo, se fundamenta y justifica la razón de ser y el origen de toda esta planificación.
También se resume de forma muy específica cuál es la finalidad del proyecto y el impacto que se espera lograr con su puesta en marcha. Por lo que es necesario concretar cuáles son los objetivos y las metas planteadas, sin dar mucho detalle. Y de esta forma se motive al lector a continuar en la revisión del documento.
Además, es importante resaltar a quién o a quiénes beneficia el proyecto. Cuáles servicios se prestarán o cuál será el producto a obtener. Sin dejar de definir con exactitud dónde estará localizado físicamente el proyecto y hasta dónde será su cobertura.
Así que, en resumidas cuentas, la introducción debe dar una idea clara y muy resumida al lector, del plan que se desea ejecutar y lo que se espera de él. Sin necesidad de leer el proyecto en su totalidad además de motivarlo a continuar leyendo.
Antecedentes
Es muy importante conocer y tener en cuenta referencias o experiencias resaltantes sobre proyectos orientados en la misma línea del que se planifica. Esto aclara el escenario del proyectista con relación a condiciones específicas que influenciaron el comportamiento de variables y que impactaron positiva o negativamente en el éxito del proyecto.
Son sin duda, variables o factores que pueden influir en el desarrollo del nuevo plan. Y que le dan indicios al proyectista de lo que es posible o no hacer para que el nuevo proyecto sea exitoso.
Es cierto que los cálculos matemáticos son exactos, pero no solo cuenta esta variable para que un proyecto sea exitoso. Las condiciones ambientales imperantes en el lugar de desarrollo, las características y cualidades de los diferentes recursos, son tan importantes como las variables políticas, fiscales o económicas que se lleven a cabo en el momento de ejecución del proyecto.
Así, que es primordial conocer la situación actual, pero también es importante conocer las experiencias pasadas. Para no cometer los mismos errores que pudieron incidir de alguna manera en el desarrollo y éxito o fracaso de un proyecto.
También hay estudios e investigaciones pertinentes al caso, que favorecen y le dan solidez y justificación al desarrollo del nuevo proyecto. Los que conviene resaltar en esta parte del documento.
Diagnóstico
Caracterizar el entorno con el mayor grado de detalle da la posibilidad al proyectista de conocer el estado en que se encuentran las diferentes variables. Bien sea sociales, políticas, fiscales, económicas, ambientales o culturales que potencialmente pudieran afectar la puesta en marcha del plan que se elabora.
Algunos factores se deben analizar con mayor profundidad dependiendo de la naturaleza del proyecto.
De manera que un buen diagnóstico permite identificar los problemas de mayor importancia y que afectan en mayor grado al sector se desarrollará el proyecto. Ausencia de organismos institucionales requeridos para apoyo de desarrollo del proyecto o escasez de materia prima, entre algunos ejemplos.
Para realizarlo se utilizan encuestas, visitas, entrevistas, recolección de muestras, revisión de información, estadísticas y datos pertinentes.
Siempre variarán los procedimientos y metodologías a utilizar dependiendo del tipo de proyecto. Pero en definitiva el diagnóstico debe realizar una caracterización actual de la situación de lugar y los factores que pudieran influir en el desarrollo y éxito del proyecto.
Caracterización del proyecto
Identificación del proyecto
En esta fase de la elaboración del proyecto se hace la identificación del plan. Cuál es su naturaleza, qué tipo de proyecto es y cuál es la finalidad. Esto da información completa, pero en forma general del proyecto.
Justificación
De igual forma es necesario realizar una justificación del porqué se hace el proyecto. Y qué problemas o problemas se buscan resolver con su ejecución. En este punto se dan los argumentos técnicos y científicos que soportan la factibilidad técnica de ejecución del proyecto.
O si existen, también se dan los argumentos en el campo político, social, económico o humano que justifiquen la realización del proyecto, para satisfacer exigencias o necesidades no cubiertas en la comunidad.
El diagnóstico que se haga de la realidad actual donde se desarrolla el proyecto, es el argumento de mayor solidez para justificar el proyecto. Así como un estudio de prefactibilidad.
Marco institucional, social o teórico
Por otra parte, si el proyecto se origina de una institución es importante incluir un marco institucional. En él se expondrá toda la información pertinente a normas, políticas y prioridades de la organización.
Con relación a proyectos comunitarios será conveniente incluir un marco social, donde se incluya todo lo referente a su organización, aspectos económicos o políticos.
Objetivos y metas
Los objetivos y las metas son aspectos claves a definir en un proyecto. Los objetivos por su parte definen lo que se busca con el desarrollo del proyecto y lo que se espera obtener de él. Su redacción explica claramente por qué y para qué se hace el proyecto. Y pueden estar referidos a un producto, un logro o a un propósito.
Y hacia su logro están dirigidas todas las acciones y actividades planificadas. Es importante que al formularlos no se mezclen en un solo enunciado varios objetivos específicos entre sí. Pues tienden a confundir a los que ejecutan el proyecto y a los que lo leen.
Mientras que las metas son la cuantificación de los objetivos. Si el objetivo planteado es aumentar la producción de café, en el sitio de desarrollo del proyecto, la meta será aumentar la producción a una cantidad determinada de quintales en un período de 5 años en ese lugar específico.
Destinatarios
Los destinatarios de los proyectos varían tanto, como tipos de proyectos hay. Algunos están dirigidos a una persona o personas, otros se dirigen a entes gubernamentales o instituciones sin fines de lucro. Pero siempre es necesario incluir en esta parte del proyecto para quién se realiza y quiénes son sus beneficiarios.
Productos, resultados y efectos
Los productos resultantes de una actividad a ejecutar en el proyecto deben relacionarse con los objetivos formulados en el plan. De esta forma se asegurará que tuvo éxito. Los productos finales de la operatividad del proyecto no siempre son resultados materiales, también suelen ser servicios.
Un proyecto de construcción, por ejemplo, tiene como resultado, viviendas, escuelas o cualquier otra edificación planificada. Cuando el producto es un servicio, las actividades del proyecto están por lo general enfocadas a satisfacer las necesidades de una población y a mejorar su calidad de vida.
También es posible obtener subproductos o productos complementarios generados de la obtención del producto principal, y que a su vez sirven de apoyo o refuerzan su función.
Cobertura geográfica y alcance
La ubicación y cobertura geográfica del proyecto es importante para el diseño del plan. Pues permite analizar la factibilidad de desarrollo del proyecto. Se deben delimitar con especificidad los límites y alcances del lugar de acción del proyecto.
Ya que su ubicación está muy relacionada con la disponibilidad de los recursos necesarios para la ejecución del proyecto. El tiempo para llevarlo a cabo y los costos que eso significa.
Métodos y técnicas a utilizar
En forma general las metodologías de trabajo y procedimientos para realizar las diferentes actividades varían de acuerdo a la naturaleza del proyecto. Por lo que se debe tener claro que los que se vayan a utilizar estén relacionados con el área de desarrollo del proyecto. Además, de contar con un aval técnico calificado que garantice su eficacia.
Tanto las técnicas y procedimientos para la recolección y el análisis de la información deben estar debidamente aprobados por el comité de evaluación técnica del proyecto.
En este sentido para unificar criterios y estandarizan la presentación de la información y los procedimientos a utilizar, es conveniente desarrollar un protocolo donde se resuman todos los procedimientos, técnicas y métodos a llevar a cabo durante todo el desarrollo del proyecto.
Asimismo, es conveniente hacerlo para la presentación de resultados, elaboración de cada etapa del proyecto, informes de avance y presentaciones a la directiva del proyecto, organización o ente solicitante.
Cronograma de actividades
Se diseña un cronograma donde se integran todas las actividades y tareas planificadas en el proyecto. Cada actividad estará perfectamente sincronizada con un tiempo mínimo y máximo para realizarla. Considerando algunos criterios de demora, estimando que se presenten algunos problemas ocasionados por variables externas que no sea posible controlar.
Las actividades se ordenarán en secuencia de acuerdo a la operatividad del proceso. Y cada actividad tendrá asignado uno o la cantidad de recursos humano necesarios, además de la cantidad de materiales, equipos y software que requieran para desarrollarla.
Igualmente, se asignará el costo de cada recurso, relacionado con la actividad. De manera que al final la asignación de recursos, se conocerá exactamente el costo total de cada actividad y finalmente el costo definitivo del proyecto.
De igual forma, se define en este cronograma qué actividad antecede a otra. Y cuáles se realizan en forma paralela.
Para su elaboración se encuentran disponibles diversas aplicaciones que facilitan el trabajo del proyectista.
Los diagramas de Gantt, por ejemplo, emplean barras horizontales básicas, que muestran las fases y los progresos del proyecto. Permiten visualizar rápidamente el avance del proyecto, lo que se está o debería estar haciendo. Además de señalar cuánto tiempo falta para que finalice cada fase.
Por su parte, los paneles Scrum funcionan de forma similar El tablero muestra distintas fases del proyecto, como el planeamiento, la ejecución, etc., y marcadores para cada equipo. A medida que completan fases y progresan, los diferentes equipos de trabajo mueven los marcadores, así les permite ver una mejor perspectiva del avance del proyecto.
Microsoft Project, es una solución para administrar proyectos. Permite programar, administrar y definir las tareas del proyecto. También, es posible asignarlas al equipo de trabajo y realizar seguimiento de las asignaciones que están en ejecución.
Cuenta además con un presupuesto de proyectos que permite estimar los costos a lo largo de la ejecución de todo el proyecto.
Hay muchas otras aplicaciones de gran utilidad para gestionar proyectos, tales como Smartsheet, Wrike, Asana, Trello o Basecamp, entre otras. Algunas gratis hasta cierto número de usuarios y otras con un costo específico.
Determinación de recursos
Se determina con exactitud los recursos necesarios, considerando el tiempo estimado para ejecutar el proyecto. Se calcula la cantidad de personas que realizarán las actividades, los materiales necesarios y las tareas planificadas. Así como también, los recursos técnicos, equipos, software y otros implementos para trabajar en el desarrollo de actividades.
Por último, se estiman los recursos financieros que se requieren para la contratación de personal, alquiler o adquisición de equipos y materiales.
Costos de ejecución del proyecto y presupuesto
Independientemente del origen o la naturaleza del proyecto, los recursos económicos son indispensables para la planificación, desarrollo, control y evaluación del proyecto. Son una parte fundamental para hacer posible el plan diseñado.
Por lo tanto, es necesario calcular el monto que representa la ejecución de las actividades y del proyecto total, antes de dar un monto arbitrario del proyecto. Pues la cantidad de recursos de toda índole requeridos para la ejecución, son los que determinarán el costo final.
En este sentido es muy posible que la cantidad de recursos varíe de acuerdo a la ubicación del proyecto y de otras variables internas o externas al proyecto.
En consecuencia, en el costo final del proyecto se incluyen costos directos e indirectos y costos fijos y variables. Donde los costos directos son los que están relacionados directamente con el proyecto.
Mientras que los indirectos se relacionan con servicios complementarios que se generan como consecuencia de la ejecución del proyecto. Como, por ejemplo, alquiler de oficinas, pago de electricidad, pago de software, entre otros.
Por otra parte, los costos fijos son aquellos que no se modifican a lo largo de la duración del proyecto. Y los costos variables están condicionados a la magnitud del proyecto que se lleva a cabo. Con todos estos costos se elabora el presupuesto de ejecución del plan estipulado en el proyecto.
Así que al momento de diseñar el proyecto se deben articular perfectamente las actividades con los recursos. Pues la razón de ser o función del presupuesto es asignar los recursos a las actividades y determinar el costo de cada recurso y de cada actividad. Siempre haciendo proyecciones reales disponiendo de los medios y recursos para realizarlas
Para el cálculo del presupuesto, se considerarán diferentes ítems dependiendo del proyecto a desarrollar, entre los que se encuentran:
- Pago de personal del proyecto
- Equipos y software
- Materiales e insumos
- Transporte
- Viáticos de comida y alojamiento de personal
- Gastos de viaje
- Material bibliográfico, compra de datos e información (mapas, imágenes, fotografías entre otros)
Estructura administrativa del proyecto
Cuando se trata de proyectos de gran magnitud, donde participan varias organizaciones en su ejecución o una cantidad importante de personas, técnicos y especialistas, es conveniente elaborar un organigrama. Y definir con claridad las funciones de cada una de las personas que intervienen en la ejecución del proyecto.
Asimismo, conviene elaborar un protocolo de comunicación y definir cuáles será los canales de información. De esta manera se evitará la duplicación de esfuerzos y se llevará un mejor control del proyecto y mayor fluidez de la información.
También, es importante tener claro cuáles son los mecanismos de control y los sistemas que se utilizarán para evaluar el desarrollo de las actividades. Estos mecanismos y controles permiten ejecutar las actividades en el tiempo previsto y con los recursos asignados, manteniendo el proyecto dentro del cauce establecido.
Indicadores para evaluar el proyecto
Después de escribir un buen proyecto con un plan detallado y bien coordinado, es preciso diseñar también un plan de evaluación. Es necesario definir lo que interesa evaluar y cuáles son los indicadores pertinentes para esos casos.
Aquí también es acertada la idea de realizar un cronograma donde se indique la fase del proceso donde es necesario evaluar y quién hará la evaluación. Así mismo es necesario detallar cuál es el procedimiento que se llevará a cabo para tomar datos o la información necesaria para realizarla. Y estimar cuál es el costo del plan diseñado para evaluar.
Indicadores para evaluar resultados
Hay diferentes tipos de indicadores y varios aspectos que evaluar. Es posible evaluar los resultados, pero también la gestión del proyecto. Independientemente de la naturaleza del proyecto no solo es importante evaluar los logros. Es necesario evaluar también la ejecución de las actividades y el impacto del proyecto.
Es importante saber cuál es el grado de satisfacción de los usuarios y destinatarios del proyecto. Y conocer si los resultados cumplieron con sus expectativas y satisficieron sus necesidades.
Indicadores para evaluar la gestión del proyecto
Para evaluar la gestión es necesario evaluar los procesos y los recursos utilizados durante todo el desarrollo del proyecto. Evaluar los procesos es determinante para ajustarlos y mejorarlos, en el transcurso de la ejecución y al finalizar cada proceso.
Esto ayudará a determinar si la realización de actividades y tareas se ajustaron a los plazos previstos en el cronograma del plan.
En el mismo sentido, los indicadores de recursos permiten evaluar si la cantidad prevista y la calidad y eficiencia fueron las correctas. Estos indicadores permiten evaluar el desempeño de los profesionales que participaron en la ejecución del proyecto.
Indicadores financieros
Hay diferentes métodos para realizar evaluaciones financieras a los proyectos de inversión. Algunos de los financieros de rentabilidad más usados son el valor presente neto (VPN), la tasa interna de retorno (TIR), la relación beneficio costo (B/C), el índice de rentabilidad (IR) y el período de recuperación de la inversión.
Entre ellos, el VPN, es el más usado y de acuerdo a las opiniones de inversionistas internacionales, es el indicador que da mayor grado de confianza para tomar decisiones de inversión.
Sin embargo, utilizar al menos tres indicadores garantiza mayor solidez y da mayor confianza al inversionista. También es más sencilla la evaluación y la toma de decisiones.
Por otra parte, es importante tener en cuenta que, para hacer las evaluaciones, los cálculos de flujos de efectivo o utilidades se deben realizar con cifras con valor real actual. Después de calcular los flujos de efectivo, entonces tienen la posibilidad de seleccionar cuál indicador aplicará para hacer la evaluación y tomar las decisiones pertinentes.
El Valor Presente Neto (VPN). Este indicador mide cuánto valor se suma al realizar una inversión. Y se calcula al restar el costo de una inversión del valor de mercado. Los resultados permiten tomar la decisión de realizar o no la inversión, como se muestra en el siguiente cuadro
Valor del VPN | Decisión recomendada | |
Cuando es mayor a cero | VPN > 0 | Se acepta el proyecto |
Cuando es igual a cero | VPN = 0 | La decisión la toma el inversionista |
Cuando es menor a cero | VPN < 0 | No se acepta el proyecto |
La Tasa Interna de Retorno (TIR). Aparte del VPN la TIR es el indicador que más se utiliza para realizar evaluaciones financieras. Es el rendimiento que se espera, para considerar si se hace o no una inversión. Y al calcularlo se busca una sola tasa o rendimiento del proyecto.
Así que si la TIR excede el rendimiento esperado se debe considerar hacer la inversión. De lo contrario, se debe rechazar. La TIR indica el rendimiento que se requiere para que el VPN sea igual a cero.
La Relación Beneficio Costo (B/C). Este indicador ayuda a comparar los ingresos y costos a valor presente. Para el cálculo se suman los beneficios del proyecto y se le restan los costos asociados. Así, el análisis de este indicador determinará si el proyecto tiene factibilidad económica o si es necesario modificarlo o realizar otro proyecto.
Para calcularlo, es necesario hacer un listado de todos los costos e incluir los directos, indirectos, intangibles y los costos de oportunidad, además del costo de los riesgos potenciales.
Asimismo, se debe hacer un listado de los beneficios directos e indirectos y los intangibles. Y ser cuidadoso en no subestimados o sobreestimarlos, al igual que los costos.
Finalmente, se comparan cuantitativamente costos y beneficios y se ve si los beneficios son mayores a los costos. Lo que indica que es posible tomar una decisión favorable. En caso contrario, cuando los costos exceden a los beneficios es necesario revisar el proyecto y ajustarlo, disminuyendo los costos si es posible. Si no, el proyecto no es aceptable.
Es importante resaltar que este indicador no considera inflación tipos de interés ni otro tipo de consideraciones financieras relevantes.
El Índice de Rentabilidad (IR). Este índice mide cuánto aumenta la inversión con relación a cada unidad monetaria que se invierte. Es decir, que mide el valor que se crea por cada unidad invertida. Por lo general, si el IR es mayor a 1, el VPN es positivo y si es menor el VPN es negativo. Así, por cada unidad que se invierte, se espera obtener la misma unidad más un excedente.
El Período de Recuperación de la Inversión. Este indicador permite tomar una decisión acertada con relación a la viabilidad del proyecto, al igual que el VPN y la TIR. El indicador permite medir el tiempo que se requiere para recuperar la inversión. Indica, por lo tanto, el tiempo que se requiere para que los flujos netos de efectivo de la inversión recuperen su costo o se recupere la inversión total.
Si el tiempo de retorno de la inversión es menor al período considerado en el plan, entonces se acepta el proyecto.
Conclusión
Es importante considerar que hay proyectos de diferente naturaleza. Y que dependiendo de este factor variarán las metodologías y procedimientos a utilizar, así como los indicadores para evaluar las actividades, los procesos y el proyecto en general.
No hay una regla única para estructurar un plan para llevar a cabo un proyecto, sin embargo, las etapas que se consideran en esta guía son necesarias establecerlas y desarrollarlas. Así se garantiza el éxito del proyecto.